REPRESENTANTES E INTERPRETES DEL YARAVÍ

- Puñales.
- Despedida
- Nunca me olvido

- “Suite del Yaraví””.
Carlos Amable Ortiz (1859-1937):
Nace en Quito en el barrio de Santa Bárbara, el 12 de marzo; compositor,
pianista y violinista considerado el Paganini ecuatoriano; primer alumno
en inscribirse en el Conservatorio Nacional de música siendo su profesor y
director Don Antonio Neumane. Con él se inicia la música vernácula ecuatoriana,
ya que promueve ser precursor del nacionalismo y por ende de realzar
nuestros ritmos andinos. Compuso música popular y académica. Tratando siempre
de componer en los diferentes ritmos que en nuestro país. Carlos Amable
Ortiz se dedicó a escribir pasillos, ritmo de nuestra identidad; Sin embargo,
también lo hizo con otros ritmo como valses, paso-dobles, mazurcas, polkas, san
juanitos, chilenas, yaraví siendo este ultimo uno de sus creaciones
emblemáticas. En final este compositor tiene alrededor de 237 creaciones entre
los varios ritmos”. Dentro del ritmo yaraví solamente creó una sola que sin
embargo realza nuestra riqueza musical su obra es:
Corsino Duran Carrión
(1911-1975): “Nace en la Provincia del Azuay en al cantón Santa Isabel un
30 de Diciembre compositor y violinista de alta trayectoria musical. Se graduó
de profesor de música en el conservatorio de Quito, oficio en el cual siguió en
el mismo lugar en donde culminó sus estudios, además de trabajar en planteles
educativos. Fue director de varios conjuntos típicos de música nacional en la
Radio Casa de la Cultura; además fue secretario General del Sindicato
Ecuatoriano de Artistas Músicos. Corsino Durán fallece en Quito el 14 de
Enero”. Dentro de su repertorio de
canciones se destaca el Yaraví:
- Ñucanchipac Yarahui.
Tríos, duetos y solistas han sido intérpretes que por medio de su arte
han sacado a la luz las obras de los diversos géneros que tenemos en nuestro
país. A través de letras en las que están plasmadas las penas y los anhelos del
ser humano, ya sea por un amor imposible o por algo perdido.
A continuación detallaremos las biografías de varios intérpretes que
con su forma de ejecutar los instrumentos como guitarras, requintos y en su
forma de cantar las melodías marcaron una huella imborrable dentro de nuestra
identidad musical.
Benítez-Valencia (1940-1970):
Dueto formado por Gonzalo Benítez (primera voz) y Luis Valencia (segunda voz),
uno de los mejores duetos de nuestro país; salen al aire con canciones nuevas e
interpretando un 90% del repertorio de los compositores nacionales de la época.
Se les considera “símbolos de la cultura nacional”, ya que fueron ellos los que
empezaron con las serenatas quiteñas por las fiestas de Quito, en 1961.
“Lograron cristalizar un estilo, forma y manera de cantar nuestra música junto
con el timbre de sus voces, el momento histórico de la música ecuatoriana y la
segunda voz del Potolo. Dentro de su repertorio interpretaron yaravíes como:
- Nunca me olvido.
- Despedida.
- Palomita Encantadora
- Puñales.
- Veneno de amor.
Carlota Jaramillo (1904-1987): nace en
Calacalí y muere en Quito. Cantante, actriz. Heredó la vocación artística de su
abuelo materno y de su tío Timoleón (padre de Héctor Jaramillo), quien desde
muy pequeño mostró dotes de intérprete musical, con especial predilección por
la ejecución de la guitarra, Carlota Jaramillo y Luis Valencia graban a dúo
para el sello Odeón de Argentina y después para Ifesa de Ecuador el pasillo
“Sendas distintas”. En su amplio repertorio incluía yaravíes, siendo el más
renombrado “Profunda Herida” y “La canción de los Andes”.
Dúo Ayala Coronado (1965):
“Conformado por Oswaldo Alfredo Ayala y Adriano Washington Coronado, unieron
sus voces el 29 de Octubre de 1965 en Radio Central de la ciudad de Riobamba en
el programa “Tribuna libre del arte”. En el año de 1967 realizan la grabación
de 6 discos sencillos y el primer Long Play, en la ciudad de Guayaquil, para el
sello Orión. Se editó un compacto con 20 Yaravíes siendo este el motivo con el
cual recibieron el galardón de “Los reyes del yaraví” que hasta hoy en día se
lo reconocen y se los respeta por el gran legado que han dejado a las
generaciones posteriores.
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